Nunca seré un angel
NEGRA SOMBRA
(traducción al castellano - Mónica B. Suárez Groba)
Cuando pienso que te fuiste,
negra sombra que me asombras,
a los pies de mis cabezales,
tornas haciéndome mofa.
Cuando imagino que te has ido,
en el mismo sol te me muestras,
y eres la estrella que brilla,
y eres el viento que zumba.
Si cantan, eres tú que cantas,
si lloran, eres tú que lloras,
y eres el murmullo del río
y eres la noche y eres la aurora.
En todo estás y tú eres todo,
para mí y en m misma moras,
ni me abandonarás nunca,
sombra que siempre me asombras.
Rosalía de Castro
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Los primeros tiempos
Sueño los primeros tiempos De la más larga
memoria. Canto los primeros tiempos De todos más viejo Padre. 5 Canto los primeros tiempos Y el claro amanecer
De toda la Oscuridad.
En Nod , donde la luz Del Paraíso alumbra 10 El azabache nocturno Y gotas de
nuestros padres Mojan y ablandan el suelo.
De nos, todos y cada uno, Decidimos poder como 15 Quisiéramos
vivir y Coger nuestros alimentos De las entrañas de la tierra.
Yo, primogénito Caín, Con útiles puntiagudos
, 20 Planté semillas oscuras, Las regué dentro de la tierra, Las cuidé, las vi crecer.
Él, segundogénito
Abel, Cuidó de los animales, 25 Ayudó en sus sangrientos Partos, los alimentó, Y también los vio crecer.
Yo
lo amaba, a mi hermano. Él, él era el más brillante, 30 El más dulce, el más fuerte. Él era la prima parte De
toda mía alegría.
Entonces, en un día De abril, nuestro Padre dijo: 35 "Caín, Abel, un regalo A Aquél
en lo Alto debéis Hacer, un sacrificio - Un don de la prima parte De todo cuanto tenéis".
40 Yo, primogénito
Caín, Recolecté tiernos brotes, Y los frutos más brillantes, Y la yerba más fresca.
Y él, segundogénito
Abel, 45 Sacrificó el más joven, El más fuerte, el más tierno De todos sus animales.
Sobre el altar de
nuestro Padre Posamos los sacrificios 50 Y prendimos fuego so ellos, Y el humo se los llevó Hacia Aquél en
lo Alto.
El sacrificio de Abel, Segundogénito, olió 55 Dulce a Aquél en lo Alto, Y Abel fue bendecido.
Yo, primogénito Caín, Fui golpeado desde lo lejos Por una severa palabra 60 Y una maldición, pues indigno
Resultó mi sacrificio.
Miré el sacrificio de Abel, Todavía humeante, La carne, la sangre. 65 Lloré,
me tapé los ojos, Oré de día y de noche.
Y cuando nuestro Padre dijo: "El tiempo del sacrificio Ha llegado
ya de nuevo".
70 Y Abel condujo su más joven, Su más tierno, más amado Hacia el fuego sacrificial.
Yo
no llevé mi más joven, Mi más tierno, pues sabía 75 Que Aquél en lo Alto De ningún modo los querría.
Y
mi hermano, querido Abel, Me dijo: "Caín, no has traído Un sacrificio, un regalo 80 De la prima parte de Tu
alegría, para quemarlo En la ara de Aquél en lo Alto".
Yo lloré lágrimas de amor Cuando, con mis útiles 85
Puntiagudos, sacrifiqué Aquello que era la parte Primera de mi alegría, Mi hermano.
Y la Sangre de Abel
90 Cubrió el altar, y olía Dulce mientras ardía.
Pero mi Padre dijo: "Maldito estás, Caín, Quien mataste
a tu hermano. 95 Como yo fui expulsado, Así lo serás tú" .
Y Él me exilió A vagar en la oscuridad, La
tierra de Nod .
100 Me precipité en la Oscuridad. No vi ninguna luz Y estaba asustado . Y solo
Has de saber
Amor mío, has de saber
que uno tiene el alma negra
de respirar el humo de los bares
en los que tú nunca has de beber.
Allí perseguí a mujeres ajenas,
que lloraron conmigo o por mí,
que me llevaron a sus casas
para dejarme morir.
Amor mío, antes de nada has de saber
que no soy recomendable.
No tengo alas para llevarte
pero, si faltas, ¿cómo salvarme?
¿Cómo salvarme?
Amor mío, allí olvidé
que soy tuyo, que se hace de día también,
que afuera me estarían esperando,
y dónde diablos aparqué.
Te vi pasar y blasfemar,
y me escondí entre los portales
para evitar que te cortaras
con mi fracaso de cristales.
Amor mío, antes de nada has de saber
que no soy recomendable.
No tengo alas para llevarte
pero, si faltas, ¿cómo salvarme?
¿Cómo salvarme?
Ismael Serrano
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